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2013Porqué decidí no mentir en mis fotos
Bueno, vaya por delante que esto es una opinión y una elección muy personal y que para nada tiene el porque ser compartida por otros.
Y es que es un tema muy recurrente, cuando muestras alguna fotografía con algo fuera de lo común, que el primer comentario sea «pero esa foto está retocada, ¿verdad?».
En esto de la fotografía hay muchas etapas y siempre se está evolucionando, y mi opinión de hoy no tiene porque ser la misma que hace 5 años. Tampoco lo son (creo) mis conocimientos. Si miro hacia atrás veo cosas que hoy en día no vería aceptables, y es a eso a lo que me refiero con evolución, a afinar los criterios que uno se autoimpone y en definitiva buscar una cierta «identidad» en sus fotos.
Básicamente lo que me gusta son los paisajes y la naturaleza, y es ahí donde aplico de forma mas estricta estos criterios. Me gusta transmitir lo que vi, sin alterar la percepción que podría tener alguien que estuviese a mi lado, mas allá de la originalidad de un encuadre o de un punto de vista.
La naturaleza ya es suficientemente impactante como para tener que adulterarla.
El resultado de una buena foto va más allá del equipo que llevemos, o de su posterior edición. La planificación, la paciencia, los madrugones, la perseverancia y en ocasiones la suerte, son factores que influyen mucho más de lo que mucha gente se piensa. Hay que estar en el sitio adecuado en el momento adecuado, y eso a veces pasa la 1ª vez, a veces la 8ª y muchas veces nunca.
Hace poco Eduardo Blanco Mendizabal publicaba en su blog una encuesta sobre lo que cada uno considera ajuste o retoque de una fotografía. Para el que quiera ver los resultados aquí los tiene.
¿Cuanta gente madruga un sábado a las 4 de la mañana, conduce 1 hora para captar el amanecer desde el sitio que días antes había planificado? Poca, muy poca, por lo tanto es normal que no haya visto, por ejemplo, una escena así:
Canon EOS 5D Mark II (19mm, f/6.3, 1 sec, ISO200)
No es ni casualidad ni suerte, pues fácilmente habré ido 20 veces a este lugar. Tarde o temprano tenia que captar un amanecer más o menos singular.
Pero la idea para escribir este artículo me la dio un comentario de alguien muy cercano a mi.
Mi intención era fotografiar el campanario de mi pueblo aprovechando el perigeo lunar (mal llamado superluna). Pero no siempre sale todo como uno desea, y el lunes me pasé como 1 hora plantado enfrente esperando a ver si despejaba una densa capa de nubes bajas, cosa que no ocurrió.
Así que el martes, sabiendo que la luna ya no se iba a ver completa, volví al lugar (1 hora mas tarde) y entonces si, despejado y todo apunto. Con lo que no contaba es que apagaban las luces del campanario a medianoche! Así que tuve poco tiempo.
Como la luminosidad de la luna es bastante fuerte cuando esta llena, la foto iba a requerir 2 tomas, y así lo hice:
Y una vez acabada la foto queda como resultado esta fotografía:
Canon EOS 5D Mark II (200mm, f/4, 1/80 sec, ISO1000)En realidad eso es lo que podía ver cualquiera desde el mimo sitio donde yo estaba. No se ha alterado ningún elemento de lugar y únicamente se ha mitigado una limitación técnica.
Pero al hacer esto, alguien muy cercano a mi me sugirió que porque no movía la luna arriba, que quedaría mas estética
En realidad no tenia ni que haber salido de casa, puesto que ya tenia ambas cosas por separado y las podía montar.
Pero claro, todo eso ya quedaba bastante lejos de la realidad que yo vi.
Habrá quien considerará que esto es un montaje, yo lo entiendo como una técnica para eliminar una limitación. Lo que si es cierto es que cualquier persona que hubiese estado a mi lado hubiese visto lo que se ve en la foto final. Y eso es justo lo que pretendo en mis fotos, mostrar las cosas tal cual se ven.
Únicamente recurro a la técnica de «Blending» o al HDR (no a eso llamado «Photomatix» lejos de cualquier realidad) cuando las limitaciones son exclusivamente técnicas. El ojo humano puede captar mucha mayor latitud lumínica (o rango dinámico) que cualquier cámara, por lo que estas técnicas nos pueden ayudar a mostrar las cosas tal y como el ojo las vería, o al menos acercarnos a esa realidad.
Pero todo en su justa medida. No utilizo esta técnica como estilo, y la habré usado en contadas ocasiones, 3 ó 4 a lo sumo, y siempre como último recurso, indicando si se trata de una doble exposición.
Saludos.
PD: Hago mención al blog del compañero Daniel Arenas Pintado, con el cual comparto espacios e inquietudes, y que tiene una entrada interesante sobre como puede cambiar una fotografía según el fotógrafo y el software de revelado evolucionan: El antes y el después.